martes, 30 de marzo de 2010

Sentimientos después de un viaje

Cuando Hascalana volvió de su viaje, sintió que su ciudad había cambiado y se demoró en adaptarse. Una de las primeras cosas que hizo fue insertar sus dos tarjetas de memoria de su cámara digital Canon en la computadora. Comenzó a ver las fotos que había tomado y los videos que había filmado en Máncora, Guayas, Tumbes y Ancash. Días después de su retorno, tuvo que retomar ciertas faenas que había descuidado un par de meses y empezar a adquirir nuevos conocimientos de toda índole.

martes, 16 de marzo de 2010

A paso de tortuga


Cuando Hascalana, Flocorlato y Ordenxa llegaron a la agencia de buses, se encontraron con el acompañante que estaba parado con cara de preocupación. Minutos después, los chicos aventureros y avezados fueron a los servicios higiénicos.
En breves minutos, el bus estaba estacionado esperando a todos sus pasajeros. Los hermanos Quilefán se despidieron y subieron al bus, rápidamente. Pero Ordenxa y su acompañante seguían en la agencia, ya que los chavales los veían a través de las lunas polarizadas del bus.
Con diez minutos de retraso, el bus partió con rumbo a Máncora. En el televisor del bus empezaron a poner un video que indicaba todos los servicios que había y las reglas de seguridad en algún caso de emergencia. Después pusieron una película típica de los Estados Unidos que poseía un tema banal.
Cuando el bus pasó por el Británico de Los Jardines, Hascalana sacó su cámara Canon y empezó a desde aquella zona hasta el centro comercial Lima Plaza Norte, pasando por Mega Plaza, la universidad César Vallejo, Plaza Vea y Metro.
Luego los chicos siguieron viendo la película fatua. Cuando pasaron por Pasamayo, el cielo empezó a obnubilarse lentamente. Horas después, les tocó cenar. Para Flocorlato, sobre todo, la comida que ofreció la agencia de buses era inapropiada, ya que estaba muy condimentada. Asimismo, había mucha mezcla de sabores que al final del acto de ingerir los alimentos, la lengua no podía captar un sabor agradable. Ellos anhelaban comer un Big Mac, en vez de la cena que les dieron, ya que dicho sánguche no despedía ningún olor patente y fuerte.

Una hora después , inesperadamente, apagaron las luces comunes del bus.
Hascalana y Flocorlato asimilaron la idea que esa noche tenían que dormir temprano. No obstante, la niña tuvo que conformarse con mirar algunas de las ciudades por las que pasaban, pero fue en vano ya que en ese momento era de noche. Hascalana optó por una mejor opción: escuchar música con su mp4.
Ella disfrutó de este pasatiempo por más de dos horas. Luego, tuvo que dormir contra su voluntad. Era muy temprano para ella, eran las doce de la noche, todavía. Durmió en un bus cama pero igual fue incómodo.
Ella se despertó, aproximadamente, a las siete de la mañana; media hora después, Flocorlato despertó. Los hermanos Quilefán ya se encontraban en Piura. Lo primero que vieron fue un grupo de palmeras y un paisaje completamente verdoso.
Una hora después, pasaron por una playa que tenía un parecido con Pasamayo, sobre todo porque era un gran serpentín que daba vueltas y vueltas.
Hascalana, recién en esa parte, se comenzó a sentir un poco mareada y nauseabunda. Justo en ese momento sirvieron el desayuno pero Hascalana lo rechazó y le pidió una bolsa a Flocorlato para que el líquido, que proviene de nuestro acto de arrojar, tenga en dónde caer.
Minutos después, Hascalana contuvo sus ganas de arrojar y trató de distraerse mirando los lugares por los que pasaba y en la película que estaban dando en el bus. Era una película 3D, nominada al Oscar, se llamaba Una aventura de alturas. Los dibujos y los colores de la película apaciguaron el malestar de Hascalana, ya que ella, en el futuro, también querrá aprender muchas cosas sobre la animación 3D y otros programas relacionados con el mundo audiovisual. Tiempo después, una persona encargada de los servicios del bus, anunció que el carro ya había llegado a Máncora. Los hermanos Quilefán dudaron en bajar, ya que los pasajes estaban pagados hasta la ciudad de Tumbes, pero , en cuestión de segundos, bajaron del bus.

Preparativos para un viaje

Dos días antes de que Hascalana y Flocorlato partieran a Máncora, Tumbes y a Guayaquil, ellos alistaron sus mochilas con celeridad. Compraron algunas cosas que necesitaban como por ejemplo: bronceador, lentes oscuros, tarjetas de memoria para cámara digital y pilas.
Hicieron lo posible para que sus sandalias, zapatillas, cámara, mp4, ropa invernal y veraniega; pueda caber en sus pequeñas mochilas.
El mismo día de su viaje se fueron a los grandes almacenes para obtener algunas cosas que les faltaba.
Minutos después se dieron cuenta de que a Hascalana le faltaba unas sandalias livianas de plástico pero ya quedaba hora y media para que el bus partiera, por lo tanto; se fueron de inmediato a almorzar. La comida era abundante pero trataron de apurarse y terminaron de engullir en un santiamén.
Luego partieron a la guarida de Hascalana para recoger sus equipajes viajeros. Se aseguraron de que todo estuviera en orden y se despidieron de aquel lugar. En tres minutos tomaron un taxi que los llevaría a la agencia de buses. Ordenxa los acompañó.

CONTINUARÁ.........................................

lunes, 15 de marzo de 2010

Rumbo a la guarida de Hascalana


Apenas subieron al taxi, Flocorlato comenzó a contar que había salido una reseña de su libro en el diario La República. Hascalana, mientras tanto, se puso a observar las calles limeñas que había dejado de frecuentar hace como diez días.
La niña tenía ansias de llegar a su guarida para bañarse y comer de manera copiosa.
Cuando llegaron a aquel lugar, encontraron todo en orden. Las habitaciones se encontraban cerradas con llave, los alimentos que habían estado en la refrigeradora se encontraban malogrados.
Instantes después, Hascalana tomó un baño y todos salieron de la guarida para ir a cenar.
Durante la merienda, Flocorlato le contaba a Ordenxa acerca de su viaje Guayaquilezco
Luego de tanto comer, todos decidieron partir hacia la guarida para descansar.
Apenas llegaron, Hascalana bebió un poco de gaseosa y Flocorlato fue a su casa.

Tiempo después, la niña navegó en internet y cuando se cansó de tanto indagar por la red de redes, decidió dar una breve repasada a la gramática francesa para no estar perdida en su primera clase del año 2010. Finalizado su repaso, se acostó y decidió conciliar el sueño, con la esperanza de que su viaje a otro país sudamericano sea en el mismo año.


FIN

domingo, 14 de marzo de 2010

Tres horas de zozobra

Cuando subieron al bus, se encontraban muy cansados por tanto trajín aunque Hascalana ya estaba algo acostumbrada. La niña traviesa trató de entretenerse mirando las calles a través de su ventana.
Rato después , el bus paró en Huacho para que los pasajeros bañan a los servicios higiénicos.
Hascalana mientras tanto comía caramelos de limón para no ser víctima de un desmayo.
Durmió unos cuarenta minutos y despertó en Pasamayo, inesperadamente.
Después de un buen rato, llegaron al Hiraoka que se encuentra en el Centro de Lima.
En ese momento había gente en demasía; por ello, el bus se demoró un poco en avanzar.
Hascalana se encontraba más tranquila, ya que por fin había llegado a su ciudad natal.
Instantes después, llegaron a la agencia de buses. Ellos bajaron del bus con algo de rapidez y afuera se encontraba Flocorlato, con su polo del Pezweon, dispuesto a ayudar con los paquetes.
Hascalana sintió una mezcla de emociones : tristeza y emoción, ya que la aventura viajera había culminado pero también tuvo una sensación de volar hacia su guarida y entrar a internet.
En breves minutos, tomaron un taxi que los llevaría a "La guarida de Hascalana"


CONTINUARÁ.......................

sábado, 13 de marzo de 2010

Un camino zigzagueante

Cuando empezó el viaje, el pequeño bus , que más parecía micro, se encontraba lleno mayoritariamente de personas naturales de aquel lugar.
Luego el carro, se puso más lento por algunos roquedales que estaban presentes en aquella carretera. Hascalana se encontraba muy cansada y durante el viaje se preguntaba: qué estará pasando en Lima en estos momentos? cómo se encontrará la avenida Javier Prado?
Inesperadamente, el bus paró en el distrito de Huanchay y los pasajeros empezaron a bajar para ir a los servicios higiénicos, para comprar alguna bebida o para almorzar raudamente.
Rato después, el bus continuó su recorrido pero esta vez empezó a zigzaguear.
El zigzag permitía ver panorámicamente la provincia de Ocros y algunos de sus distritos.
Finalizado este zigzag, Hascalana sacó algunos snacks y un Sublime para no desmayarse.
Luego el bus dejó de serpentear y avanzó rectamente. Esto significaba que ya faltaba poco para llegar a Barranca. Ordenxa le hablaba a Hascalana para que se entretuviera un poco y para que se olvidara de la tensión viajera.
Cuando menos lo imaginaron, llegaron a Barranca. Bajaron con celeridad del bus y compraron botellas de agua mineral para mandárselas a Tishpha.
Caminaron algunas cuadras para encontrar el lugar en donde se encontraba la agencia de buses llamada Turismo Barranca.
Minutos después, encontraron un bus, lo pararon y subieron con un ánimo silencioso en sus ojos.

Adiós Ocros

A penas despertaron, todos menos Tishpha, alistaron sus mochilas y maletas con rapidez.
Luego se fueron a la guarida para recoger los equipajes que les faltaban y para ver si todo estaba en orden, cerciorándose de que nada les faltase.
Instantes después, fueron a un resturante modesto para tomar desayuno. Fue muy breve, duró, aproximadamente, diez minutos.
Terminado el desayuno, partieron al lugar donde se encontraba Tishpha para poder despedirse.
Rápidamente, subieron al bus con todas sus maletas. Esperaron unos quince minutos para que el bus partiera rumbo a Barranca.

Tercer día ocrosino



Cuando despertaron al día siguiente, Hascalana se sintió un poco mejor ya que sabía que este era su último día en aquella provincia pequeña. Como de costumbre, fueron a manducar su desayuno a la guarida de Tishpha. Cuando llegaron a aquel lugar, se comunicaron con ella a través de unos radios que eran una especie de celulares con altavoz.
Culminado el desayuno, todos menos Tishpha se fueron a pasear por la zona turística. En ella había muchas zonas verdes, un lago y un cúmulo de casas de material noble.
Hascalana sacó su cámara Canon para tomar fotos y filmar algunos videitos.
Al cabo de hora y media, Ordenxa llamó por radio a Tishpha para ir a almorzar.
Hascalana comió, como de costumbre, un poco más que los demás. Luego hicieron su siesta en la guarida de Tishpha y decidieron caminar por la "zona turística" para hacer hora.
Finalizada la pérdida de tiempo, todos salieron a cenar. La cena fue muy breve.
Instantes después, volvieron a la residencia ocrosina de Tishpha y vieron un poco de televisión para despedir el día. Ordenxa se había quedado dormida y Hascalana también tenía sueño. Por esta razón, partieron al hotel para ser cómplices de su última noche en aquel lugar.
Al llegar al hotel, Ordenxa avisó que había un perro agresivo cerca de su habitación y decidió ir al baño sin zapatos para que aquel animal no oyera sus pasos. Instantes después, Hascalana fue con mucho miedo a los servicios higiénicos y partió en seguida. No pudo dormir muy bien, ya que pensó que el mejor amigo del hombre excepto de Hascalana, entrara a la habitación.

viernes, 12 de marzo de 2010

Segundo día ocrosino




Cuando ellos despertaron, fueron raudamente a la guarida de Tishpha para tomar su segundo desayuno ocrosino. Consistió en panes con hot dog y bebida caliente.
Luego, Hascalana se puso a memorizar palabras en francés e instantes después, se quedó dormida. Mientras la niña descansaba, Ordenxa y su acompañante salieron en búsqueda de utensilios de gasfitería para arreglar algunos desperfectos de la guarida de Tishpha.
Cuando Tishpha regresó de trabajar, todos fueron a almorzar. El almuerzo era muy sencillo, consistía en una sopa y en un segundo con un arroz no muy graneado. A pesar de ser dos platos, no satisfizo a Hascalana.
Después del almuerzo; Hascalana, Tishpha y el acompañante se fueron a hacer su pequeña siesta de dos horas. Mientras intentaron conciliar el sueño, Hascalana sintió que su cama se movía y que las ventanas retumbaban lentamente. Ella avisó que se trataba de un bostezo de la tierra. Segundos después, Hascalana y Tishpha se pararon porque parecía ser un poco fuerte. Dedujeron que derrepente el epicentro era la ciudad en donde se encontraban.
Momentos después, se recostaron de nuevo e intentaron dormir un poco.
Se despertaron en unos noventa minutos y partieron a la guarida. En ella cenaron sánguche de pavo con una gaseosa. Terminada la cena, se vistieron con celeridad y se fueron al templo.
La fachada de la casa del Dios ocrosino era agradable pero por dentro era un tanto oscura, ya que tenía pocas luces blancas y además había poca gente presente.
Finiquitada la misa, volvieron a la guarida para ver un poco de televisión y hacer tiempo.
Después de dos horas, todos menos Tishpha; partieron al hotel para dormir hasta el día siguiente. Cuando las luces se apagaron, Hascalana no pudo dormir y lo peor de todo fue que sintió ganas de ir al baño pero no pudo hacerlo por la fobia que tiene a la oscuridad.
Al cabo de una hora, Ordenxa fue al baño con su linterna y Hascalana se acopló.
A pesar de que la niña fue al baño, no pudo dormir y , como consecuencia, pudo ser testigo de cómo cambiaba el color del cielo y logró ver el alba.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Un día ocrosino

Cuando Hascalana y sus familiares se despertaron al día siguiente, se fueron de inmediato a la guarida de Tishpha para desayunar y charlar cómodamente. Pero antes decidieron ir a alguna bodega para comprar algún sobre de café, vasos de plástico para beber las bebidas calientes y alguna golosina de la predilección de Hascalana. A penas llegaron a la guarida de Tishpha, empezaron a manducar sus sagrados alimentos. Luego decidieron salir a la calle para conocer un poco más. Caminaron unas cuadras, en ellas encontraron varias bodegas, un cabina de internet un tanto descuidada, un billar, una cabina de teléfonos y un par de restaurantes.
Instantes después, decidieron volver a la guarida para que Hascalana pueda reposar un ratito.
A penas llegaron;Ordenxa se puso a limpiar y a matar moscas, Hascalana se recostó unos minutos en la cama de Tishpha. Estaba incómoda, ya que aquel colchón tendía a hundirse en el área en el que uno se apoyaba. Intentó descansar pero no pudo y optó por estudiar un poco de vocabulario francés, ya que había descuidado este idioma por dos meses.
Después de hora y media fueron a almorzar.Al cabo de cuarenta minutos, se fueron a hacer su siesta y a arreglar un poco la guarida de Tishpha.
Momentos después, se fueron a cenar. Comieron un segundo generoso como los comensales y degustaron de una sopa que carecía de carne.
Luego se fueron a la guarida de Tishpha para sacar su pasta dental y pijama.
Cuando llegaron al hotel, Hascalana logró dormirse rápido. Quizás esto se debió a que había sido un día muy trajinado y agotador.

martes, 9 de marzo de 2010

Primeros momentos en Ocros

Cuando Hascalana, Ordenxa y su acompañante bajaron de la pequeña camioneta con sus paquetes, Tishpha saludó animosamente a sus familiares. Instantes después, todos subieron las escalinatas de la guarida de Tishpha. Era un lugar humilde, con habitaciones pequeñas y un espacio muy pequeño que era utilizado como comedor y cocina. Había una mesita de madera, un par de sillas de plástico y una silla de madera que estaba a punto de romperse.
Lo primero que hicieron fue conversar un poco en la recámara de Tishpha sobre su situación ocrosina. Después de un par de horas de estar charlando, decidieron salir a un restaurante a cenar. Era aproximadamente las siete de la noche. Cenaron pollo a la brasa con una gaseosa y, para variar, Ordenxa no comió mucho. Hascalana comió más lento que de costumbre porque la presencia de un gato, impidió la celeridad en sus actos nutritivos, pero igual comió todo.
Cuando la cena culminó, partieron de nuevo a la guarida de Tishpha para acompañarla en su soledad ocrosina. Como de costumbre, Hascalana se aburrió de tanta plática familiar y decidió reposar un ratito en aquel colchón incómodo de la cama de Tishpha. Ella se recostó y al cabo de una hora, más o menos, despertó. Su madre y padre Ordenxa le dijo que se quedara durmiendo pero ella no quiso. Hascalana se levantó de inmediato, se puso dos chompas, dos pantalones, una chalina, un chullo, los guantes de su madre y partieron al hotel. Solo fue necesario caminar unos pasos para llegar a su destino. A penas llegaron, Hascalana fue de nuevo al baño y se acostó de inmediato con la esperanza de que el próximo día, pueda conocer mejor aquel distrito.

Rumbo a Ocros

Cuando Hascalana, Ordenxa y su acompañante subieron a la pequeña camioneta, pasaron por muchos lugares de Barranca. Hascalana se encontraba con mucho hambre pero trató de apaciguarlo con unos cuantos caramelos y galletas. Como el carro iba muy rápido, llegaron a la ciudad de Ancash en dos horas, aproximadamente.
La pequeña camioneta aumentó su velocidad cuando tuvo que pasar por varios distritos ubicados en la provincia de Ocros, tales como: Cochas, Congas, Huanchay, entre otras.
Cuando el carro pasó por estos distritos, a Hascalana le causó mucho miedo, ya que la velocidad del carro y las curvas de aquellas zonas daban la impresión de que el automóvil podía caerse.
La velocidad aumentaba y en poco tiempo lograron ver el letrero que decía: Bienvenidos al distrito de Ocros. Después de diez minutos, aproximadamente, Hascalana sacó su cámara digital se puso a filmar el corto trayecto que faltaba. Instantes después, se puso medias, un chullo y una chompa. El clima parecía que no era muy favorable. Luego llegaron a la guarida de Tishpha, ella salió de ella y saludó a sus familiares que amorosamente fueron a visitarla por unos días.

lunes, 8 de marzo de 2010

Segunda travesía

Cuando Hascalana y Flocorlato llegaron a la agencia de viajes Turismo Barranca, no encontraron ni a Ordenxa ni a su acompañante. Pero, después de un par de minutos, ellos llegaron. Ellos estaban con muchas bolsas con ropa, abarrotes, etc. Luego Flocorlato partió a su casa.
Ordenxa, su acompañante y Hascalana subieron al bus. Se sentaron en asientos separados porque el bus estaba colmado de gente. Hascalana se encontraba un poco aburrida porque el primer trayecto de Lima a Barranca duraba tres horas. Además tenía hambre y, para colmo, estaba pasando por algunos lugares otra vez; como por ejemplo: Pasamayo, Mega Plaza y algunas avenidas del Cono Norte.
Cuando llegaron a Supe, se descocupó un asiento que estaba al costado de Ordenxa. Hascalana se pasó a aquel asiento y le comenzó a contar lo más impactante de su viaje internacional.
Instantes después, Hascalana comió una galleta de soda y un caramelo de limón para apaciguar un poco el hambre. Minutos después, llegaron a Barranca y bajaron del bus.
El acompañante de Ordenxa y Hascalana fueron a los servicios higiénicos que estaban cerca de aquella agencia. Luego salieron rápidamente de ellos, ayudaron a Ordenxa a cargar los paquetes y subieron a la camioneta que los llevaría al distrito de Ocros, ubicado en la ciudad de Ancash.

sábado, 6 de marzo de 2010

Veinte horas de espera


Cuando Hascalana y Flocorlato se sentaron en sus asientos respectivos, empezaron a beber un poco de agua. Ellos esperaron diez minutos para que el viaje empezara. Hascalana miró un poco de la ciudad de Tumbes a través de la ventana. Luego durmió un rato, más o menos una hora. Instantes después, Flocorlato la despertó y le dijo que tenían que bajar del bus. Ellos se asustaron porque pensaron que el trámite de los papelitos ya había terminado. Casi todos los pasajeros bajaron. Los hermanos Quilefán bajaron por las puras. Flocorlato sólo compró una galleta. Volvieron a subir al bus y vieron un poco de una película que estaban pasando en el televisor. Finalizada la película, comieron un poco de snacks y Hascalana se puso a repasar un poco de francés. Horas después, sirvieron la cena en el bus. Ellos no comieron con tantas ganas ya que la comida no era muy adecuada para manducar en un viaje de veinte horas. Anhelaron comer un Big Mac pero se tuvieron que conformar con lo que había en ese momento.
Aproximadamente a las nueve de la noche, Hascalana recibió un mensaje de texto de Ordenxa.
El mensaje decía que una vez que ellos lleguen a la agencia de la ciudad de Lima, Hascalana iría de inmediato con Ordenxa y con su acompañante a otra agencia que los llevaría a Barranca.
A Hascalana no le gustó mucho la idea porque ella quería llegar de una vez por todas a Lima, no obstante; tuvo que asumir aquella noticia. Flocorlato dijo: pobre niña!!!
La luz del bus se apagó pero Hascalana prendió la luz que ella tenía en la parte superior de su asiento. Escuchó un poco de música de su mp4. Rato después, intentó dormir en el bus cama.
Al día siguiente, Hascalana se despertó cerca de los siete de la mañana. Ella se puso a filmar un poco del mar que tenía un parecido con Pasamayo.
Horas después, Flocorlato despertó y sirvieron el desayuno. Los chicos comieron con morosidad. Finiquitado el desayuno, observaron un poco del paisaje a través de sus ventanas. Después de largas horas, Hascalana recibió, nuevamente, un mensaje de texto del acompañante de Ordenxa, pregúntandole dónde estaban. Ella le respondió diciéndole que estaban por Pasamayo. Asimismo, ella aprovechó para filmar. Ordenxa y su acompañante se preocuparon porque pensaron que, tal vez, llegarían muy tarde a Ancash. Después de un par de horas, más o menos, llegaron a Ventanilla. Ya estaban en Lima aunque no parecía. Hascalana se puso más atenta por los legares que pasaba, ya que por esas zonas no transita.
Cuando llegaron a Mega Plaza, Flocorlato recibió una llamada del acompañante de Ordenxa diciéndole que mejor la llevara a Hascalana a la agencia de viajes Turismo Barranca para no perder tanto tiempo. Cuando ya faltaba, aproximadamente, media hora para llegar a la agencia Cruz del sur, Hascalana volvió a recibir un mensaje de Ordenxa, en el cual le decía que vaya al baño antes de partir a la otra agencia.
Mientras tanto, los hermanos Quilefán se pusieron a ver un poco de la película que estaban dando en el bus. Era una película muy dramática, actuaba Cameron Díaz.
Después de breves minutos; por fin llegaron a la agencia de Cruz del Sur, fueron al baño rápidamente y partieron a la agencia Turismo Barranca.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Bienvenidos a Tumbes



Cuando Hascalana y Flocorlato llegaron a Tumbes, lo primero que hicieron fue tomar un moto taxi que los llevó a la plaza de armas de aquella ciudad. Instantes después, observaron que en aquel lugar había mucha gente joven conversando. En ese momento eran, aproximadamente, las diez de la noche. Ellos se instalaron en un hotel que estaba casi al frente de la plaza. Dejaron sus mochilas en la habitación y luego salieron para cenar. La zona era medio movida.
Había varios restaurantes pero casi todos se encontraban cerrados por la hora. Ya era las once de la noche. Después de tanto dudar, entraron a u restaurante donde no había otros comensales aparte de ellos, en ese momento. Se demoraron un poco en servir la comida pero cuando al fin llegó, manducaron con breve celeridad. Eran platos generosos. Mientras comían veían de rato en rato el noticiero de América Noticias. Estaban dando un resumen de las noticias del año 2009.
Cuando terminaron de cenar, buscaron alguna tienda para poder comprar algo de beber: una gaseosa, Cifrut, Sporade o , en el peor de los casos, agua mineral.
No encontraron tienda alguna, pero se dieron cuenta de que casi al frente del hotel había una carretilla. Ellos compraron dos Sporades y un Cifrut. Luego entraron al hotel. Apenas llegaron a su habitación, pusieron una silla contra la puerta, por seguridad. Minutos después, Hascalana se puso a ver algunos videitos de Guayaquil que estaban en su cámara digital. Luego vieron televisión, especialmente canales musicales y de rato en rato algo de fútbol, a pedido de Flocorlato. Mientras los chicos estaban en el hotel, afuera había una fiesta que no permitía tener tranquilidad y silencio.
Hora y media después decidieron dormir pero la televisión seguía prendida. Nadie la estaba viendo, sólo la dejaron encendida porque a Hascalana le daba un poco de miedo la habitación a oscuras.
Después de unos cuarenta minutos, aproximadamente, hubo un apagón y ,obviamente, la televisión se apagó. Ellos se despertaron porque la gente que estaba en la fiesta, empezó a pifiar. Pero después, la música volvió a sonar e impidió la conciliación del sueño de los chicos Quilefán.
Al día siguiente, ellos despertaron algo perturbados porque seguía la bulla. Rato después, ellos decidieron no tomar desayuno y hacerla larga en el hotel hasta las once de la mañana. Después de haber tomado esta decisión, ellos se acicalaron y se hidrataron. Tomaron como una buena alternativa, ver televisión. Vieron canales musicales, como de costumbre. En HTV, estaban dando el video de Carlos Baute y Martha Sánchez titulado Colgando en tus manos. Asimismo, vieron un especial de Nelly Furtado y el detrás de cámaras del video titulado Manos al aire. Afortunadamente, el tiempo pasó rápido, partieron del hotel y se dirigieron con cierta lentitud al restaurante para almorzar. Además de haberles servido poca comida, manducaron de manera rauda. Se quedaron con hambre.
Luego fueron a la plaza de armas, estuvieron sentados una media hora. Hascalana sacó su cámara y se puso a tomar fotos y a filmar un poco.
Instantes después, fueron al río Tumbes para conocer.
Flocorlato vio la hora y se dio cuenta de que ya quedaba una media hora para que el bus partiera. Sin embargo, los chicos seguían con hambre. Querían comer un sánguche o algo liviano que no llenara mas no encontraron nada parecido.
Por esta razón, Hascalana decidió comer algo muy pequeño, algo insignificante. Compraron un helado para cada uno. Mientras comían, Flocorlato le hacía preguntas, algo difíciles, a Hascalana como por ejemplo: prefieres bailar salsa en frente de todos los familiares o cantar alguna canción romántica??
Después de tanto haraganear, se dirigieron a una tienda para comprar algunos snacks, bebidas hidratantes y gaseosas.
No caminaron mucho para llegar a la agencia. Llegaron con cierta anticipación y aprovecharon para ir al baño y descansar un poco.
Minutos después, subieron al bus que los llevaría a la ciudad de Lima.


martes, 2 de marzo de 2010

Retornando a nuestro país

Minutos después de que el autobús pasó por el río Guayas, se subió un ambulante ecuatoriano al carro. Esta situación incomodó a los hermanos Quilefán, ya que aquel personaje hacía participar al público y se dirigía hacia él hablando cosas propias del país, como por ejemplo dijo lo siguiente: A usted qué le regala Correa? Rato después, este personaje comenzó a hacer concursos con los pasajeros. En el bus, había gente ecuatoriana que traía vestimentas similares como las del Perú. Por ejemplo una vieja estaba vestida con polleras.
El carro siguió avanzando, Hascalana durmió aproximadamente unas dos horitas y Flocorlato también. Luego se dieron cuenta que ya eran las cinco de la tarde y se alegraron un poco, ya que había pasado tres horas de viaje. Los jóvenes empezaron a sacar sus snacks para poder alimentarse falsamente y bebieron un poco de agua mineral.
Estuvieron preocupados porque parecía que dos familias más y ellos eran los únicos peruanos en el autobús. Se angustiaron porque pensaron que el bus no pararía en las migraciones de Ecuador, para poder devolver esa ficha que permitía entrar al país y que se debía de volver a entregar para confirmar que uno ya salió del país. Pero afortunadamente, el bus paró en las migraciones de Ecuador e hicieron su trámite rápidamente. Ordenxa, madre de Hascalana y Flocorlato, llamó al celular de su hija para saber en dónde estaban sus inquietos hijos. Hascalana le informó y pareció que Ordenxa se alarmó porque se preocupó de que llegaran tan tarde a otra ciudad pero su hija trató de apaciguarla un poco.
Los chicos tuvieron que esperar otro bus porque el otro carro se fue.
Subieron al siguiente bus y fueron testigos de que una familia peruana pero no limeña hablaba sobre su parecer acerca de la ciudad de Guayaquil. Después de media hora, más o menos, llegaron a Aguas Verdes. Se sintieron más tranquilos porque pudieron observar aquel letrero que daba la bienvenida al Perú. Minutos posteriores tuvieron que bajar en las aduanas del Perú para hacer el mismo trámite del DNI y de la ficha de datos personales. Mientras hacían su pequeña cola, los hijos traviesos de Ordenxa, escucharon la canción Niña Bonita de Chino y Nacho. Cuando escucharon aquella canción, se sintieron más peruanos que nunca, ya que aquella melodía está muy de moda en el Perú.
Los hermanos Quilefán subieron de nuevo al bus más tranquilos, porque la angustía de los papelitos y de las migraciones ya había finiquitado. Solo quedaba la interrogante de a qué lugar ir una vez que uno llegue a Tumbes?? Pero solo era una leve inquietud, ya que los chicos se encontraban en su patria.

lunes, 1 de marzo de 2010

Despidiéndonos de Ecuador

Cuando Hascalana y Flocorlato llegaron al terrapuerto, tuvieron una mezcla de sentimientos indescriptibles. Sintieron un poco de pena, porque la adrenalina ya había culminado en ese momento y un poco de satisfacción, ya que por fin se retiraban de una tierra que era ajena para ellos. Caminaron dentro del terrapuerto, rápidamente, tratando de encontrar el lugar en donde se encontraban todas las agencias, en especial Cifa; pero luego se enteraron de que los pasajes se compraban al mismo tiempo que saliera el autobús.
En el momento que ellos llegaron al food court, no encontraron asiento; pero en cuestión de segundos, Flocorlato encontró una mesa vacía. Ellos se dirigieron hacia ella y Flocorlato partió hacia Todo Típico para hacer su pedido. Mientras Hascalana se quedó sentada cuidando su mesa, pudo observar que las razas de las personas presentes en el terrapuerto eran muy similares a las del Perú, especialmente a la gente linda del norte.
Una vez que Flocorlato llegó a la mesa con sus dos bandejas, los hermanos Quilefán empezaron a comer sus platillos ecuatorianos que más parecían peruanos.
Luego ellos se dirigieron a la zona de las agencias para comprar su boleto con destino a la ciudad de Tumbes. Cuando ellos encontraron la agencia Cifa, compraron su pasaje en cuestión de segundos y se dirigieron con celeridad al segundo piso del terrapuerto, para poder hacer su pequeña cola que los permita entrar al bus, con el fin de salir de aquel país.
Ellos hicieron una cola muy pequeña y rápidamente lograron entrar al bus. Felizmente había dos asientos juntos. Cuando se sentaron, acomodaron sus cosas: agua, snacks, boletos, libros, cámara, entre otros. Los hermanos Quilefán esperaron sentados unos minutos y luego el autobús partió.

CONTINUARÁ....................................