Hascalana Quilefán aún no sabe quién ha resucitado. Desconoce le tema de la cristiandad y la historia de Jesús. Ella no pretende alardear una bondad magna que todavía no ha alcanzado. Solo sabe que existe un creador y un ser influyente que pregona sus dogmas, alrededor del mundo.
Muchas veces, ha intentado explicarse el misterio de fe y testificar la existencia de un ser supremo. Pero ha sido en vano. Hascalana todavía no comprende cómo sucedieron los milagros que realizó Jesús. Asimismo, no entiende varios acontecimientos importantes del catolicismo.
Ella no conoce a Dios, pero, de vez en cuando, trata de conversar con él para entender a la humanidad y el porqué de su actuar.
Dicen que hoy es DOMINGO DE RESURRECCIÓN, pero Hascalana Quilefán quisiera saber qué se supone que celebran hoy los feligreses, pues muchos de ellos son borregos de una teoría inexplicable, Dios, y pregoneros de un comportamiento ponzoñoso.
Hascalana cree que Dios no tiene poder sobre los humanos, ya que muy pocos cumplen su mandato y muchos se preguntan ¿Quién ha resucitado?.
Si en realidad hoy es el día más importante para los católicos, es hora de festejarlo en la gran fiesta llamada misericordia.
Jesús quiere que actuemos. No pequemos al poner de manera irreflexiva en el facebook: ¡Felices Pascuas!
Si pecas con frecuencia, si no perdonas a tu enemigo o si no te arrepientes de tu mal comportamiento, el día de hoy tú no celebras absolutamente nada.
Hace unas horas, Hascalana Quilefán terminó de leer el cuento ¡Diles que no me maten!. Una vez más, ella quedó encantada con la prosa de Rulfo.
Este relato corto es un tanto penoso y triste. El protagonista del cuento, un anciano llamado Juvencio Nava, hace todo lo posible para que no lo maten. Le pide a su hijo que le diga a los soldados que no lo maten, pues él ya está viejo y no ganarían nada matándolo.
El hijo al principio desiste, pero luego cumple el mandato del padre. Este último vive perseguido por unos soldados que quieren atraparlo para lograr su muerte. Esta persecución surge porque Juvencio, en su juventud, había matado a machetazos a su compadre Don Lupe, quien se negaba a darle pasto a su ganado.
En esta pequeña historia, Juan Rulfo nos muestra la injusticia que tienen que pasar muchos campesinos como Juvencio Nava.
Hace tres horas, aproximadamente, Hascalana Quilefán terminó de leer el cuento Anacleto Morones. A ella le gustó este relato, pues la historia atrapa de inmediato al lector. La brevedad de los diálogos también es otro punto a favor. A Hascalana le gustó la manera en que Juan Rulfo culminó de escribir este breve relato. Mientras Hascalana leía el cuento, sentía que los personajes estaban a su costado. Esto se debe a que Rulfo expresa de una manera verídica, sin tapujos, el lenguaje de los campesinos.
En el caso de este cuento, Lucas Lucatero, el protagonista, se convierte en un amigo del lector, pues habla como un ser común y corriene, exento de un vocabulario adornado. A simple vista, Hascalana se pudo dar cuenta de que este es un ser primitivo en su forma de pensar, espontáneo, un tanto lelo, que logró congeniar con el lector de hoy: Hascalana Quilefán.
El día de hoy, Hascalana Quilefán terminó de leer el cuento, Paso del Norte, escrito por Juan Rulfo.
Básicamente, este pequeño relato se caracteriza por los diálogos cortos, un lenguaje coloquial y las jergas pueblerinas de México.
En esta narración, Juan Rulfo nos revela la oralidad de su pueblo, mostrándonos los barbarismos y la sequedad al hablar que poseen los campesinos mexicanos.
Hascalana tiene preferencia por este tipo de textos, ya que el vocabulario sencillo le hace sentir que es un personaje más dentro de la historia.
Después de haber leído este breve relato de Juan Rulfo, Hascalana Quilefán ha quedado encantada. A ella le gustó el estilo narrativo y los adjetivos que se han empleado. El cuento está escrito en segunda persona. Urbano Gómez es el protagonista del cuento. El narrador le rememora a un amigo una serie de anécdotas de Urbano que se debe de acordar. Estos tres personajes fueron compañeros en la escuela.
Hace dos minutos, Hascalana Quilefán terminó de leer el cuento Es que somos muy pobres. Este breve relato es muy triste, ya que el protagonista nos cuenta las desventuras de su familia. Primero, ellos sufren por la muerte de la tía Jacinta; después, por una terrible inundación. El agua logra llevarse la vaca que iba a ser el regalo de cumpleaños de Tacha , la hermana del protagonista. El padre había comprado aquel animal para que su hija se entretuviese. Pero, desafortunadamente, el río se lo lleva.
Tacha, debido a la pérdida de su vaca, solloza sin cesar. Su hermano la abraza para tratar de consolarla.
Desde hace un par de años, Hascalana Quilefán, por falta de tiempo, ha dejado de tocar algunos instrumentos musicales. Ella añora los momentos que pasaba tocando piano, melódica y guitarra. Extraña las épocas que se caracterizaban por su curiosidad musical. Sin embargo, ella no deja de pensar en la música y en las canciones que le gustaría volver a ejecutar.
Las melodías instrumentales que ella componía en el piano representan parte de su adolescencia; por ello, Hascalana desearía retomar dicha actividad y no tener que pasar por la tregua de los bemoles.
