jueves, 23 de diciembre de 2010
El síndrome del lunes - Pretérito del indicativo
Desde el año 1994, Hascalana Quilefán ha tomado conciencia de que es un ser vivo. Ella tiene pequeñas escenas grabadas en su memoria acerca de su etapa infantil.
Esta niña recuerda que, en una ocasión, ella tuvo la mala suerte de quedarse sola en su casa. Recién tenía tres años de edad. Sintió mucho miedo, pues pensaba que se había quedado encerrada para siempre.
Trató de distraerse viendo un programa infantil llamado Nubeluz.
Asimismo, la niña Quilefán recuerda que llevaba pocos alimentos al Kindergarten donde asistía. Algunas veces, las ayudantes de las monjas de aquel lugar la forzaban a ingerir la pequeña lonchera, carente de vitaminas, que ella llevaba.
Hascalana Quilefán tiene en su memoria, hasta el día de hoy, ciertas circunstancias desagradables y estresantes que ella tuvo que enfrentar, como por ejemplo el hecho de jugar en un tobogán.
Ella sentía mucho miedo, ya que padece de acrofobia.
Sin embargo,lo más resaltante de su niñez fue la tensión constante que ella padecía los días domingos por la noche.
El motivo de ese estrés era la novedad del día lunes. La incertidumbre de cómo iba a ser una nueva semana le producía taquicardia y una leve cefalea.
Los lunes en la mañana ella amanecía disneica y asustada, pues había llegado el momento del enfrentamiento.
Hasta el año 2010, ella sigue padeciendo el síndrome del lunes, pero a un nivel mucho menor que de antaño.
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