El chisme del barrio

A lo largo de su corta vida, Hascalana Quilefán ha tenido la nefasta oportunidad de lidiar con seres maliciosos y carentes de profundidad, que solo se encargan de propagar los nuevos acontecimientos del barrio. Ella cree que el hecho de hablar en demasía acerca de la vida ajena es símbolo de ignorancia y falta de cultura. Asimismo, Hascalana cree que dialogar o, mejor dicho, rajar de los demás es un acto que denigra la esencia humana, ya que existen muchos temas de suma importancia que se deben de discutir. Por ello, todo aquel que solo se encargue de conversar con énfasis acerca del actuar ajeno estará demostrando una carencia de alma y arte vital.