Las apariencias engañan
¿Detrás de un rostro angelical puede haber maldad? Quizá mucha gente ingenua respondería que no; sin embargo, Hascalana Quilefán cree que sí, pues ella aparenta ser muy diferente de lo que en realidad es. Varias personas se han dejado llevar por el trato y rostro amables de Hascalana, sin darse cuenta de que su cordialidad es solo una máscara que esconde tirria y mal humor hacia la sociedad. Además, ella cambia de personalidad cuando le venga en gana y en el momento que le parezca más oportuno. A simple vista, cualquiera pensaría que Hascalana es una niña pacífica y tranquila, pero basta con conocerla un par de meses para darse cuenta de su verdadero yo.
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