Después de tantos bosquejos de la obra El síndrome de lunes, Hascalana Quilefán ya se decidió por un comienzo de novela que le parece acogedor. Quizá a muchos no les parezca el mejor, pero para ella es muy atrayente y ágil de leer. Cabe decir que el inicio de la novela y guión no serán iguales, ya que por tratarse de géneros distintos debe emplearse otro método para contar la historia. Recién ahora Hascalana puede dar fe de que emplear la herramienta del lenguaje para narrar un relato no es cosa sencilla. Además, de una buena utilización de las palabras, se necesita tener una gran sensibilidad vital, la cual no abunda en los habitantes inertes de hoy.
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