viernes, 12 de marzo de 2010

Segundo día ocrosino




Cuando ellos despertaron, fueron raudamente a la guarida de Tishpha para tomar su segundo desayuno ocrosino. Consistió en panes con hot dog y bebida caliente.
Luego, Hascalana se puso a memorizar palabras en francés e instantes después, se quedó dormida. Mientras la niña descansaba, Ordenxa y su acompañante salieron en búsqueda de utensilios de gasfitería para arreglar algunos desperfectos de la guarida de Tishpha.
Cuando Tishpha regresó de trabajar, todos fueron a almorzar. El almuerzo era muy sencillo, consistía en una sopa y en un segundo con un arroz no muy graneado. A pesar de ser dos platos, no satisfizo a Hascalana.
Después del almuerzo; Hascalana, Tishpha y el acompañante se fueron a hacer su pequeña siesta de dos horas. Mientras intentaron conciliar el sueño, Hascalana sintió que su cama se movía y que las ventanas retumbaban lentamente. Ella avisó que se trataba de un bostezo de la tierra. Segundos después, Hascalana y Tishpha se pararon porque parecía ser un poco fuerte. Dedujeron que derrepente el epicentro era la ciudad en donde se encontraban.
Momentos después, se recostaron de nuevo e intentaron dormir un poco.
Se despertaron en unos noventa minutos y partieron a la guarida. En ella cenaron sánguche de pavo con una gaseosa. Terminada la cena, se vistieron con celeridad y se fueron al templo.
La fachada de la casa del Dios ocrosino era agradable pero por dentro era un tanto oscura, ya que tenía pocas luces blancas y además había poca gente presente.
Finiquitada la misa, volvieron a la guarida para ver un poco de televisión y hacer tiempo.
Después de dos horas, todos menos Tishpha; partieron al hotel para dormir hasta el día siguiente. Cuando las luces se apagaron, Hascalana no pudo dormir y lo peor de todo fue que sintió ganas de ir al baño pero no pudo hacerlo por la fobia que tiene a la oscuridad.
Al cabo de una hora, Ordenxa fue al baño con su linterna y Hascalana se acopló.
A pesar de que la niña fue al baño, no pudo dormir y , como consecuencia, pudo ser testigo de cómo cambiaba el color del cielo y logró ver el alba.

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