Cuando despertaron al día siguiente, Hascalana se sintió un poco mejor ya que sabía que este era su último día en aquella provincia pequeña. Como de costumbre, fueron a manducar su desayuno a la guarida de Tishpha. Cuando llegaron a aquel lugar, se comunicaron con ella a través de unos radios que eran una especie de celulares con altavoz.
Culminado el desayuno, todos menos Tishpha se fueron a pasear por la zona turística. En ella había muchas zonas verdes, un lago y un cúmulo de casas de material noble.
Hascalana sacó su cámara Canon para tomar fotos y filmar algunos videitos.
Al cabo de hora y media, Ordenxa llamó por radio a Tishpha para ir a almorzar.
Hascalana comió, como de costumbre, un poco más que los demás. Luego hicieron su siesta en la guarida de Tishpha y decidieron caminar por la "zona turística" para hacer hora.
Finalizada la pérdida de tiempo, todos salieron a cenar. La cena fue muy breve.
Instantes después, volvieron a la residencia ocrosina de Tishpha y vieron un poco de televisión para despedir el día. Ordenxa se había quedado dormida y Hascalana también tenía sueño. Por esta razón, partieron al hotel para ser cómplices de su última noche en aquel lugar.
Al llegar al hotel, Ordenxa avisó que había un perro agresivo cerca de su habitación y decidió ir al baño sin zapatos para que aquel animal no oyera sus pasos. Instantes después, Hascalana fue con mucho miedo a los servicios higiénicos y partió en seguida. No pudo dormir muy bien, ya que pensó que el mejor amigo del hombre excepto de Hascalana, entrara a la habitación.
Culminado el desayuno, todos menos Tishpha se fueron a pasear por la zona turística. En ella había muchas zonas verdes, un lago y un cúmulo de casas de material noble.
Hascalana sacó su cámara Canon para tomar fotos y filmar algunos videitos.
Al cabo de hora y media, Ordenxa llamó por radio a Tishpha para ir a almorzar.
Hascalana comió, como de costumbre, un poco más que los demás. Luego hicieron su siesta en la guarida de Tishpha y decidieron caminar por la "zona turística" para hacer hora.
Finalizada la pérdida de tiempo, todos salieron a cenar. La cena fue muy breve.
Instantes después, volvieron a la residencia ocrosina de Tishpha y vieron un poco de televisión para despedir el día. Ordenxa se había quedado dormida y Hascalana también tenía sueño. Por esta razón, partieron al hotel para ser cómplices de su última noche en aquel lugar.
Al llegar al hotel, Ordenxa avisó que había un perro agresivo cerca de su habitación y decidió ir al baño sin zapatos para que aquel animal no oyera sus pasos. Instantes después, Hascalana fue con mucho miedo a los servicios higiénicos y partió en seguida. No pudo dormir muy bien, ya que pensó que el mejor amigo del hombre excepto de Hascalana, entrara a la habitación.
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