viernes, 12 de febrero de 2010

Ansias por llegar a otra ciudad




Después de la breve revisión de equipajes, Hascalana y el resto de pasajeros subieron al bus para continuar con el viaje. Hascalana pensó que faltaría un par de horas como máximo, ya que en ese momento eran, aproximadamente, las cinco de la tarde. Sin embargo, Hascalana continuaba mirando las lunas del bus, tratando de ver alguna señal que le haga pensar que ya se encuentra en Guayaquil. Ella ya quería ver una ciudad un poco más pituca que Lima, donde se encuentren grandes edificios, una gran playa, hoteles acogedores, grandes atracciones turísticas, entre otras cosas. En pocas palabras, ella tenía ansias de ver una especie de Larco Mar, o mejor dicho una especie de ciudad de México, pero un poco menos sorprendente y aglomerada. Empero las horas corrían, el cielo se oscurecía aún más, y aún no llegaba. Después de un gran rato, se dio cuenta que ya eran las siete de la noche, esto le preocupó mucho, porque por un momento pensó que no llegaría a dicha ciudad. Instantes después vio un letrero que decía lo siguiente: Guayaquil 100 km. Este hecho la tranquilizó un poco, pero aún seguía la incertidumbre y la ansiedad. Momentos posteriores, pasaba por pueblos que tenían un gran parecido con el Perú o mejor dicho con Lima. Solo recuerda el nombre de un pueblo llamado Naranjal. Al pasar por estos pueblos se pudo dar cuenta que habían algunas coincidencias en marcas de productos y también en la telefonía. Después de pasar por varios pueblos y de equivocarse al afirmar que ya era la ciudad a la cual Hascalana quería llegar, Flocorlato le dice a Hascalana que el lugar por el cual estaban pasando en esos momentos ya era Guayaquil, pero Hascalana dudó un poco. No obstante, el carro avanzaba y pasaba por grifos, autoservicios; este hecho daba a entender que ya era una ciudad. Hascalana sintió un poco de temor y emoción cuando reconoció algunos lugares en común con el Perú, por ejemplo reconoció un KFC, GMO , entre otros, y por supermercados muy parecidos a Lima pero con otros nombres, un tanto impronunciables para Hascalana en ese momento. Minutos después desde la ventana del bus, se podía ver un gran cúmulo de luces apiñadas que reflejaban ser un conjunto de edificios, casas y cerros, que caracterizan a toda ciudad. Segundos posteriores, Hascalana vio desde su ventana un lugar con apariencia de aereopuerto, donde se encontraban buses estacionados. Después de que Flocorlato y Hascalana vieron esto, comenzaron a sentir más miedo y taquicardia, ya que el bus sólo los dejaría en ese terrapuerto y después de esto, cada pasajero se independizaba y corría por su propia cuenta a qué lugar iría.


CONTINUARÁ........................

No hay comentarios:

Publicar un comentario