miércoles, 2 de febrero de 2011

El código Da Vinci


El día de ayer, Hascalana Quilefán terminó de leer, tras varias interrupciones, el código Da Vinci.
A ella le gustó mucho aquel libro, pues le interesan los temas religiosos que tratan de tergiversar la historia del cristianismo.
Sin embargo, no tuvo un efecto sorprendente en Hascalana, ya que, antes de leer la novela, ella ya había visto la película y había escuchado una serie de críticas que trataban de destruir la ingeniosa historia del libro.
Además, en una ocasión, ella tuvo que escuchar a un grupo de fanáticos elististas del Opus Dei que, prácticamente, prohibían leer el libro o ver la película. Pero Hascalana no hizo caso, ya que esta novela no pretende dar a conocer una verdad católica, sino una historia de ficción basada en datos y hechos reales.
Contra todos los comentarios negativos, Hascalana quedó fascinada con el código Da Vinci, pues logró encontrarse sumergida con los personajes principales: Sophie Neveu y Robert Langdon.
Asimismo, el hecho de que la historia se realice en varios lugares: Paris e Inglaterra, y de que hayan dos idiomas presentes: francés y latin fueron características que atinaron con el gusto literario de Hascalana.
Ella considera que este libro es merecedor de respeto, ya que inventar una historia sobre este tema no es tarea fácil, debido a la complejidad en cuanto a la recopilación de datos históricos y matemáticos.
Después de un buen tiempo, ella desea leer "El símbolo perdido",a pesar de que se rumoree que la temática es muy parecida a la del Código Da Vinci.

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