sábado, 19 de febrero de 2011

El ruiseñor y la rosa



Hascalana Quilefán acaba de leer el cuento El ruiseñor y la rosa, escrito por Oscar Wilde. A ella le pareció muy conmovedor este relato, pues el ruiseñor fue capaz de morir, con tal de conseguir la rosa roja que tanto anhelaba el estudiante.
A la luz de la luna, el ruiseñor cantó y se clavó una espina en el corazón. Y fue así que él pudo pintar aquella rosa con la sangre que iba derramando. Pero todo fue en vano, ya que la muchacha no bailó con el estudiante. Porque ella le dijo que el sobrino del Chambelán le había enviado unas joyas de verdad. El estudiante se retiró enojado y tiró la rosa que, a los pocos segundos, fue aplastada por un carro que pasó
Él pensó que el amor era una cosa muy estúpida y que no es ni la mitad de útil que la lógica. Decidió volver a la filosofía y al estudio de la metafísica. Al llegar a casa, se puso a leer un libro lleno de polvo.

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