Los padres de familia y los chicos suelen estar más contentos, ya que logran alejarse de la rutina laboral y estudiantil por un buen tiempo.
Asimismo, el hecho de respirar otros aires es una decisión muy sana, pues la mente y el cuerpo se logran liberar del estrés y de la presión de cumplir horarios establecidos.
Percibir el olor a sal, sentir el sonido de las olas del mar y jugar con la arena son motivos suficientes para abandonar nuestros quehaceres diarios.
Definitivamente, todos necesitamos un viaje, ya que la mayor parte del año nos encontramos sumergidos e influenciados por obligaciones necesarias que nos ayudan a subsistir.
Afortunadamente, esta tensión, que siempre va a existir, se puede contrarrestar con algún paseo o yendo a la playa para vivir unos intensos días de sal.
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