jueves, 6 de enero de 2011

El poder de las aguas


El mar, el sol y la arena convierten al verano en un mundo mágico que escapa de problemas y de la tensión de la ciudad.
Es tranquilizante estar en la playa, ya que toda persona se logra relajar escuchando las olas del mar y sintiendo la amalgama del calor del sol y de la frialdad del viento veraniego.
Además, es muy grato observar a los pájaros campantes que intentan jugar con el agua del mar.
El vuelo de las palomas traviesas y el cielo azulino grisáceo transforman la estación del verano en un lugar espléndido y mirífico, digno de admirar.
Gracias a las aguas tranquilas del mar, el verano logra captar la atención y admiración de la humanidad.

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