El Perú no es un país

Hascalana Quilefán ha llegado a la conclusión de que el Perú no es un país, ya que, a lo largo de su vida, ha conocido personas de distinta situación socioeconómica y cultural.
Ella ha tenido la oportunidad de tratar con gente de clase media que posee ciertos privilegios y que hace lo posible por presumir un mayor estatus. Este alarde se ve reflejado en el tono de voz que utilizan al hablar, los temas banales de conversación, la ostentación de objetos y viajes europeos, los gustos alienados en cuanto a música, vestimenta y parámetros de belleza, y la denigración patente a nuestra patria.
Por otro lado, ella ha podido conocer, a grandes rasgos, la otra cara de la moneda.
Tiempo atrás, ella tuvo la posibilidad de conocer gente, notoriamente,ajena a su realidad.
Por primera vez, ella conoció a personas que habitan en distritos de Lima, nunca antes visitados por Hascalana.
Ella pudo observar que este tipo de público tiene un comportamiento, extremadamente, diferente a lo anteriormente mencionado.
Esta gente tiene otras costumbres, otra manera de expresarse, un nivel cultural distinto en cuanto a conocimientos y educación, jergas distintas, barbarismos por doquier, agresiones físicas y verbales en exceso, y sentimientos de envidia y venganza mucho más arraigados.
A pesar de que para Hascalana fue muy difícil convivir con esta clase de gente, ella ha aprendido que todo ser humano debe estar en el lugar que le corresponde; ya que, de esta manera, se podrán evitar sentimientos de insatisfacción por no pertenecer a un entorno donde existan ciertas similitudes culturales.
Antes de conocer este tipo de público limeño, Hascalana tenía mucha curiosidad por conocer espacios que escapaban de sus posiblidades.
Asimismo,como consecuencia de que ella ha tenido que sobrellevar algunos problemas con esta clase de gente, su interés sociológico ha decaído, pero volverá a renacer con el paso del tiempo y con el surgimiento de experiencias contrarias.