Desde edad muy temprana, Hascalana Quilefán se ha caracterizado por acostarse muy tarde, a altas horas de la madrugada. Siempre lo ha hecho de forma innata. Hace pocos años, le parecía terrorífico irse a dormitar a las dos de la mañana; sin embargo, ahora le parece un juego de niños. ¿Por qué será que Hascalana habrá cambiado de opinión? Ni ella misma lo puede responder. Actualmente, en época de receso estudiantil, ella opta por dormirse muy poco antes de que la bóveda celeste decida aclararse. Esta situación le satisface sin saber su porqué. Quizá, de esta manera, siente que vive más a profundidad o es una estrategia inconsciente de disfrutar más de su libertad, para que así pueda estar exenta del bullicio hogareño. Hascalana prefiere dormitar hasta altas horas de la mañana, con tal de ser un testigo del amanecer.
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